Por José Granados Fernández
Twitter: @JoseGranadosF

Soledad, municipio donde la comunidad carece de suficientes espacios públicos para hacer deportes, ejercicios, jugar y recrearse, debería tener desde el pasado 5 de septiembre ocho nuevos parques, contratados por $34.934 millones, pero a la fecha todas las obras están inconclusas.

La construcción y dotación fue adjudicada a través de la Licitación Pública 03 de 2021 al Consorcio Construcciones Soledad, único proponente que aceptó el contrato de obra a través de la modalidad “crédito de proveedor”. Es decir, el contratista se comprometía a poner la plata y el Municipio tendría plazo para pagarle hasta 2030.

Construcciones Soledad está integrado por dos personas naturales, Javier Escorcia Montero (50% de participación), constructor del Magdalena, y Tito Velásquez Becerra (con el 20%); y por las empresas Inversiones y Construcciones Ardila SAS (10%), representada por Liliana Ardila Ruiz, y CABV Consultoría y Construcciones SAS (20%), cuyo representante también es Velásquez Becerra.

De acuerdo con los pliegos de condiciones, primer documento que se publica en la plataforma contractual pública Secop cuando se abre una licitación, la Alcaldía anunció que iba a construir 10 parques, en los barrios La Bonga, Cruz de Mayo, Los Cedros, La María, Villa María, La Fe, Costa Hermosa, Los Cusules, Villa Katanga y La Central. El documento hacía referencia a “otros”, pero sin identificarlos.

El 8 de octubre del año pasado, Amalfi Gaviria Ramos, secretaria general de la Alcaldía de Soledad, y Javier Escorcia Montero, representante del consorcio, firmaron el contrato que tenía un “plazo de ejecución de 10 meses”.

De acuerdo con el acta de inicio, las obras comenzaron el 5 de noviembre de 2021 y terminaban el 5 de septiembre de 2022, pero hoy ninguno de los parques está terminado. El plazo de entrega del contrato no se cumplió.

“El avance de las obras es de un poco más del 40%”, calcula un ingeniero que acompañó a Emisora Atlántico y Zona Cero.com a inspeccionar los parques, que hoy sólo son ocho y no diez, como anunció la Alcaldía de Soledad inicialmente: los barrios La Fe y Costa Hermosa fueron excluidos.

Emisora Atlántico y Zona Cero.com recorrieron las obras. Detrás del cerco metálico que los rodea, constatamos que los trabajos estaban paralizados en La Bonga, cuya inversión en la propuesta económica debe ser de $3.788 millones; Cruz de Mayo, $2.543 millones; Villa María, $3.639 millones; Los Cusules, $1.367 millones; Villa Katanga, $2.384 millones, y La Central, $1.295 millones.

El sábado, en un segundo recorrido, hallamos que en los parques de La María, donde deben invertir $6.427 millones, y de Los Cedros, el de mayor inversión por $13.487 millones, trabajaban dos reducidos grupos de obreros, nada significativo respecto al atraso de las obras.

“Hace semanas que aquí no trabajan”, testificó un vecino de Villa María, populoso barrio sin pavimento ni alcantarillado, localizado detrás de Granabastos, donde la miseria se pasea de calle en calle y muchas familias viven del reciclaje; “de repente pararon los trabajos y no sabemos por qué”, se quejó una residente de La Bonga, quien lamentó que para la construcción no hayan tenido en cuenta que en “cada aguacero el sector es inundado” por dos grandes arroyos, y también cuestionó la falta de alcantarillado. Allí hay un fuerte hedor en el ambiente.

Otrosí para pagar

El 11 de marzo, seis meses antes del plazo para que entregaran los parques, la Alcaldía de Soledad, con base en el parágrafo décimo del contrato, firmó con el Consorcio Construcciones Soledad un otrosí para prepagarle $18.400 millones por las obras parciales que certifiquen el supervisor y la interventoría. Estos recursos forman parte de un crédito por $40.000 millones que aprobó BanColombia al Municipio para los parques mencionados y 78 tramos viales.

En el otrosí se estableció un nuevo compromiso con la misma modalidad de “crédito de proveedor” y para terminar las obras el contratista le facilitaría al Municipio $16.534 millones, saldo del valor total de los parques.

Tanto en el contrato como en el otrosí se lee: “El avance físico de la obra no depende de la forma de pago pactada, pues tratándose de un crédito de proveedor existirá financiación para la ejecución de las obras de construcción (…)”.

Sin embargo, la realidad es otra porque se vencieron los diez meses de plazo y la entrega de los parques fue incumplida.

Hoy, las comunidades de los ocho barrios favorecidos están expectantes. Esperan que “no serán otros elefantes blancos”, y piden que pronto inauguren las canchas cubiertas, las zonas de juegos infantiles, las áreas de máquinas biosaludables y la arborización, entre otras partes de la infraestructura, que el alcalde Rodolfo Ucrós les prometió.